dimecres, 13 d’agost del 2008

1) opiniones periodísticas. actualidad en la red

Dieciocho corresponsales cuentan en Vaya país, editado por Aguilar, cómo ven nuestro España a través de sus vivencias y de su contacto, más o menos chocante, con nuestras costumbres.
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Los españoles somos... ignorantes: "Reiner Wandler, que trabaja para el Tageszeitung alemán, ironiza sobre el desconocimiento de otras lenguas, que asegura 'se ostenta con un extraño orgullo': 'Parece lo normal y deseable. Así, hasta los que hablan inglés parecen encontrar cierto gusto en pronunciar mal las palabras, para no destacar demasiado'. Y habla, también, de lo poco que leemos aunque nos gusta aparentar lo contrario: 'Después de la tarde familiar de domingo, uno llega a casa (...) aún con varios kilogramos de papel de periódico debajo del brazo. Pero aunque se vendan millones de ejemplares cada domingo, se lee poco.' (...) 'Uno de los mejores lugares para estudiar los hábitos de lectura periódica es el puente aéreo Madrid-Barcelona. Todos trajeados, los viajeros entran con su maletín, su ordenador y dos periódicos. El de cabecera, mayoritariamente El País -el resto trae ABC- y, además, uno deportivo (...) Toman asiento y empiezan a leer... el periódico deportivo. El otro, el generalista, desaparece con el maletín. Es al aterrizar el avión cuando reaparece. Entonces, esconden el diario deportivo entre sus papeles de trabajo y sacan el otro. Con su ejemplar de El País y ABC bajo el brazo, ponen cara de importantes y salen disparados en busca de taxis'."
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Los españoles somos... apáticos: 'La francesa Martine Silber, corresponsal de Le Monde, ironiza sobre la 'inexplicable paciencia de los españoles'. Le pasó cuando le pidieron que contara 'la cólera de los pescadores' cuando naufragó el Prestige, lo cual -asegura- 'produjo una carcajada general': 'Los pescadores de Galicia sentían de todo, salvo cólera. Se sentían fatalistas, deprimidos, desesperados, pero no coléricos'. Actitud que vio repetida cuando grandes nevadas colapsaron las carreteras de todo el país y desde Francia, TV5 mostraba la ira de los camioneros 'levantando el puño, furiosos, protestaban violentamente'. No obstante, la televisión en España dejaban ver otra realidad: 'Mostraban a los camioneros españoles jugando a las cartas, hablando con sus familias por los teléfonos móviles, relajados y sonrientes. 'Todo va bien. Estamos entre amigos, jugamos a las cartas. Y, de todas formas, ¿qué le vamos a hacer?'. En otro registro, sobre temas más generales, recomienda Edward Owen no enviar jamás un ramo de flores a una chica española 'con una madre ambiciosa': 'Había enviado un ramo de flores al despacho de Carmen para agradecerle su asistencia profesional sin imaginar que su madre iba a verlo. Sin embargo, parece ser que ese pequeño gesto era el equivalente a una propuesta de matrimonio. Apenas unas horas después, me vi sentado en el bar de un hotel elegante donde el tío de Carmen, a quien me presentó la orgullosa madre, quiso sonsacarme en cuestión de minutos la historia completa de mi vida'."
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Los españoles no somos... prácticos: "Irónico también es Jurki Palo, free-lance de origen finlandés que trabaja para la televisión Yle: 'Son verdaderamente inolvidables los primeros ocho meses en este país sin conseguir documentos, sin poder empadronarme ni poder abrir una cuenta corriente', dice hablando de la burocracia española. Comenta que mucho hubiera ahorrado si hubiera utilizado una gestoría: 'Las gestorías son un fenómeno muy español, y por algo será (...) Estoy seguro de que en España la burocracia tiene hasta su propia Virgen, con toda razón. La pobrecita estará sobrecargada'. Otro aspecto muy español (por irónico que resulte calificarlo como tal) es el nacionalismo: algo con lo que la alemana Barbara Schwarzwälder se encontró de bruces en la Universidad Autónoma de Barcelona al matricularse de Lengua Catalana: 'El primer día de clase, la profesora, joven y muy seria, repartió una encuesta entre los estudiantes con una pregunta sorprendente: '¿Has viajado alguna vez a España?' (...) Ciertamente, era un planteamiento difícil de contestar sin errar: marcaras 'sí' o marcaras 'no', reconocías que no te encontrabas en España'. También de Cataluña habla el holandés Gerrit Jan Hoek, que trabaja para el Telegraaf y para Canal+ de Holanda y Bélgica, con un capítulo titulado Sobre el Salvador, fútbol e integración. Y habla del que identifica como un Mesías para muchos catalanes: el también holandés Johann Cruyff. Del mismo modo habla de por qué el Barça es 'más que un club': 'El Camp Nou era, en cierto sentido, un guetto que se abría solamente una vez cada quince días, cuando el Barça jugaba 'en casa'. Pero, para los catalanes, era un oasis libertario, donde se podían expresar en su propio idioma, sin ser reprimidos por políticos de Madrid o por la policía'."
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